A la Familia Franciscana de Argentina
“ESPERANZA CIERTA Y CARIDAD PERFECTA”

Muy querid@s Hermanos y Hermanas:

En medio de este tiempo donde todos los pueblos transitamos la incertidumbre, la impotencia y el dolor, queremos ser protagonistas de una esperanza nueva, la esperanza cierta que nace del corazón de Francisco.

Deseamos que nuestro mensaje en este 4 de octubre de 2020, fiesta de San Francisco de Asís sea un fuerte llamado al compromiso… un renovado compromiso de comunión, en diálogo y apertura, en la fe  y la esperanza, como si de un nuevo despertar franciscano se tratara, el regreso a una vida más simple y evangélica, más hermana de todos.

Como familia  Franciscana nos gozamos de la fraternidad universal que nos une en Francisco y Clara,  nos alegra y compromete  el hecho  de  que  después  de la Lumen fidei (2013) y Laudato si‘ (2015)  esta vez, de nuevo, la Iglesia se da vuelta al Santo de Asís para celebrar su fiesta con la tercera Encíclica “Fratelli Tutti sobre la fraternidad y la amistad social, inspirada en el título de los escritos de San Francisco:

“Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Entre todos: «He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de  nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! […] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos». Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos.“

Y como respuesta al sentir de este año en particular, donde la necesidad de hermanos y hermanas, ha sido la verdad revelada en medio de esta pandemia silenciosa, veloz y sutil, que ha entrado a todos los resquicios del universo posicionándose como potestad máxima, sin que ningún otro poder humano, excepto el de Dios Padre, la pueda desafiar.

Queremos:

  • celebrar esta fiesta desde la iniciativa del Espíritu, que nos ha ayudado a entrar a la raíz más profunda de nuestra identidad humana, evangélica y carismática, disponiéndonos para enfrentar sin miedo, ni temor, los acontecimientos que estamos viviendo.
  • Ser protagonistas en el cuidado y cultivo de una cultura nueva que nazca del sueño de Francisco por una Fraternidad Universal, donde todos somos hermanos, donde los enemigos se estrechan la mano y la madre naturaleza nos enseña su sabiduría.
  • Construir puentes entre las personas, pueblos y realidades, nos impulsa el gesto de Francisco que sale al encuentro del leproso para abrazarlo y tratarlo con misericordia.
  • Ser misericordia que reconstruye heridas, y sostiene tantos cansancios.
  • Ser creativos en la escucha de la Buena Noticia y en la construcción del Reino. Hay una imaginación creativa que nos dejó el pobre de Asís, que se hace diálogo, escucha, abrazo y alegría.

Unámonos para ofrecer las sensibilidades y recursos que como profecía, nuestros carismas encarnan para responder a los gritos de nuestro tiempo.

Celebremos y demos gracias por tanto cómo hemos recibido y restituyamos, dando ese salto pleno de sentido, lleno de gestos de ternura y compasión hacia las criaturas más desprotegidas y menos cuidadas, en la Casa Común.

Reciban nuestro fraterno saludo y oración

Hermanos y hermanas del Consejo de Presidencia 

Buenos Aires, 4 de octubre de 2020