Desde el Área JPIC – Justicia, Paz e Integridad de lo Creado – del Centro Franciscano de Argentina, queremos expresar nuestro dolor y nuestra preocupación por la situación actual de los incendios registrados en 14 provincias de Argentina, un daño ambiental terrible, donde más del 90% es generado por la mano humana, por intereses de lucro y capital financiero en su mayoría.

Queridos hermanos y queridas hermanas:

Queremos expresar nuestra profunda tristeza ante tal ecocidio y “pecado ecológico” que se ve en todo nuestro pueblo y en toda nuestra Casa Común. Tanto Argentina como gran parte de Latinoamérica está ardiendo y nuestra Madre Tierra no para de sufrir.

En ese sentido, sabiendo que como franciscanos y franciscanas tenemos un llamado especial por el cuidado de nuestra ecología integral, a través de la vida de San Francisco de Asís y la revolución que propone Laudato Sí, escuchando el clamor y el grito de la tierra, les proponemos participar, exigir y promover:

  • Justicia por todo el daño ambiental causado por manos humanas y por este ecocidio que solo busca el lucro y el crecimiento financiero individual de diferentes sectores empresariales;
  • El cumplimiento y la implementación de las diferentes legislaciones existentes ante esta situación: el cumplimiento de las leyes existentes y la necesidad de nuevas legislaciones se hace urgente ante la realidad ambiental como es el caso de la promulgación necesaria de una Ley de Humedales;
  • Que se sume a las agendas de los gobiernos la realidad ambiental como prioridad, dando respuestas y generando cambios ante esta situación
  • Soluciones ante la crisis climática que vivimos actualmente: las altas temperaturas y las sequias no son situaciones aisladas, sino que son consecuencias de todo el daño hecho a nuestro planeta y afectan a esta situación actual;
  • El rechazo a toda propuesta oculta de modificación de leyes que no promuevan la consulta y participación colectiva y, el cuidado real y efectivo de nuestros bosques nativos (Ley Nº 26.331);
  • El rechazo a todo interés lucrativo que se quiera generar en los territorios por donde pasaron los incendios: se debe proteger y recuperar en esos espacios, no convertirlos en mercancía;
  • El apoyo a la ratificación del Acuerdo de Escazú como una herramienta para participar como ciudadanos y ciudadanas en materia ambiental, porque no queremos más engaños y falta de participación en lo que respecta a nuestra Casa Común,
  • El apoyo solidario, fraterno y colectivo a las organizaciones, movimientos y voluntarios que trabajan en materia ambiental y derechos humanos.

Como Familia Franciscana, no queremos dejar de alzar nuestra voz y trabajar en la construcción de una verdadera y real justicia socioambiental. El tiempo corre y nuestra casa sufre. La ecología integral, de la cual somos parte, está siendo destruida, y si no la escuchamos y nos expresamos, esos daños no tendrán vuelta atrás.

Así como San Francisco lo hizo durante toda su vida, y viviendo todavía este “Tiempo de la Creación” es momento de una nueva conversión integral, una conversión ecológica que nos haga entender la necesidad de vivir y promover la fraternidad universal con toda la creación.

La tierra clama, escuchemos. ¡Paz y bien!